¿Se han puesto a pensar en cuánto benefician las redes la transmisión de información de manera directa, y cuánto evitan los chismes o la desinformación?
Las redes favorecen en una medida superlativa que fluya la información directamente de los que la generan, hacia los que son sujetos-audiencia de dicha información, porque se mantienen abiertos los canales de comunicación. Muchos obstáculos comunes de la comunicación desaparecen, por ejemplo, las terceras versiones y subsecuentes.
Las redes son algo extraordinario; generan, además, sentido de pertenencia, grupo y comunidad. En tanto no asuman actitudes originadas en los prejuicios, las redes siempre serán benéficas para la sociedad, para las instituciones y para los individuos.
Y si a lo anterior le sumamos las ventajas de las redes de la RED, donde no hay horarios para comunicarse o colocar la información que deseamos compartir, ¡imagínense qué maravilla!
Por eso la Iglesia no puede quedarse atrás en el uso de las redes y la RED, para compartir el esplendoroso tesoro que lleva en vasijas de barro: la PALABRA, así como para dar respuesta ante el beneficioso escrutinio social del que está siendo sujeta.
Por estas y muchísimas otras razones ¡VIVAN LAS REDES!
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