Hola! Qué gusto poder saludarles en este día! ¡Gracias por sus comentarios y sus visitas a pesar de mi ausencia! jeje. Una vez más he estado ausente por varios días de este espacio. La razón, a Dios gracias, ha sido por el cúmulo de trabajo que he tenido. Por el momento, les comparto una de estas cosas que he vivido en estos últimos días: la visita de decenas de peregrinos a la Basílica el pasado día domingo. La siguiente nota refleja lo que vi y sentí en estos días. Esa es una de las tantas razones por las que vivo agradecida y convencida del amor de Dios a los hombres, y por las que me encanta transmitirlo, si no a nivel personal (jeje, aún me falta mucho), por lo menos a nivel de los medios de comunicación..."Dad razón de vuestra fe..."(JP II)
RESUENA LA VOZ DE 110 MIL PEREGRINOS EN LA BASILICA
La alegría, el canto, la danza, e incluso el llanto, de 110 mil peregrinos y peregrinas, de todas las edades, se desbordó este domingo en la Basílica de Guadalupe, durante la edición 117 de la peregrinación de varones, el aniversario 50 de la peregrinación de mujeres, y la 28 peregrinación de ciclistas.
Alrededor de las 8:15 horas, arribaron los ciclistas al santuario; a las 9:30 horas hicieron su aparición las peregrinas, y a las 13:30 los peregrinos de a pie. Los contingentes fueron recibidos por su pastor, Mons. Mario de Gasperín Gasperín, y Mons, Diego Monroy Ponce, Vicario General y Episcopal de Guadalupe y Rector del Santuario.
En el atrio, ya los esperaban sus familiares, quienes desde la madrugada de este domingo prepararon sus casas de campaña en la explanada y los alimentos con los que recibirían a sus familiares que caminaron 550 kilómetros desde la Sierra Gorda de Querétaro y la Sierra de Guanajuato, o 220 kilómetros desde la capital Querétaro.
A las 9:00 horas fue celebrada la misa de la peregrinación de ciclistas, a las 12:00 horas la Misa de los 50 años de la Peregrinación Femenil, y a las 16:00 horas la de varones.
Durante horas, las bandas ubicadas al pie del Sagrado Original, se cimbraron por la fuerza de los cantos, las proclamas, la tambora, las trompetas, las danzas, y el llanto de los varones, de las mujeres, de las decenas de niños, que manifestaron de esa forma su fe en Cristo, en María, en la Iglesia, en sus pastores, y en sus hermanos.
La preparación durante todo un año, el intenso retiro espiritual de más de 10 días, la vivencia del perdón y la fraternidad vivida en los grupos, se manifestó avasallante, conmoviendo a quienes presenciaron la alegría en los rostros, la esperanza en la sonrisa, la fortaleza en la firmeza del andar, y la unidad en el abrazo.
Una vez más, como desde hace 118 años, la Diócesis de Querétaro llenó de gozo el Tepeyac; recubrió sus paredes de su mensaje de fe, de esperanza y de unidad.
¡GRACIAS QUERÉTARO!
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http://www.virgendeguadalupe.org.mx/
23/7/08
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1 comentario:
Yo tengo la experiencia de ver pasar cada año esta peregrinación. Es impactante ver primero a las mujeres y al siguiente día a los hombres como pasan con singular alegría y no se ven cansados a pesar que llevan la mitad del camino recorrido.
Gracias por compartir esta vivencia.
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